No hace mucho, seguidores del partido denominado Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) celebraron 58 años de la utilización de los proletarios para gestar una revolución que benefició y consolidó las burguesías que se niegan a salir del poder. El 9 de abril el pueblo, cansado de tantos abusos, se alzó en contra de las intituciones y, sin saber, fueron la carne de cañón de los ideólogos de esta revolución.
Pese a todo, hay algo qué rescatar. Gracias a la revolución nacionalista del 52, en Bolivia las mujeres, los indígenas y los campesinos votan; las tierras fueron repartidas para quien las trabaja; se dio educación a los indígenas; y se fundó la COB para reforzar la organización sindical.

Pero todo con un condicionamiento: los indígenas no podían votar porque no sabían leer ni escribir, con las mujeres pasaba algo similar; a los campesinos le dieron tierras pero no fertilizantes, herramientas ni siquiera una semilla, entonces el
indio la vendía la tierra al tipo rico que se la había quitado; la educación fue SÓLO en castellano, así que poco o nada podían aprender y la deserción fue altísima; y la COB sólo adoctrinó a los sindicatos a no pelear por sus derechos porque estaban en una "alianzas de clases", en otras palabras, el amo mandaba y los sindicatos cumplían.
Gracias a esta gesta, se funda el Movimiento Nacionalista Revolucionario, partido guardián al estilacho del fascismo o el peronismo argentino. Que yo sepa el nacionalismo se sustenta en la perpetuidad de los valores y el
statu quo imperante en una sociedad y la revolución se sustenta su existencia en el internacionalismo. Entonces, este antagónico e insustentable sistema, ¿cómo se lo hizo? Tiene que haber una
ALIANZA DE CLASES, pero para llegar a ello tiene que haber una
LUCHA DE CLASES. Alianza de clases es una postura netamente fascista y conservadora, mientras que la postura revolucionaria es netamente socialista, comunista, en extremo izquierdista.
Con el nombre, Se asesinan todas sus ideas
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