Con resultados difíciles de pronosticar

En esta contienda electoral los candidatos para gobernador, alcalde, asambleístas, concejales, subgobernador y que sé yo más inventos de la nueva Bolivia Autonómica, han dado la vuelta a la hoja en otra página de la historia democrática en este país. Los resultados que a pocos disgustarons y muchos festejaron demuestra una vez más que en Bolivia lo último que puede querer una persona es violencia, no así como lo demuestran las revistas matinales que nos desayunamos, los noticieros que nos almorzamos y cenamos todos los días.

Resulta que en Santa Cruz hubo una victoria al status quo, ganó el conservadurismo que alguna vez quiso tumbar al Presidente con discursos y gestiones. Rubén Costas, que por única propuesta tiene "hacerle frente al indio", ganó con más del 50%; eso dice la prensa conservadora cruceña; otros dicen que sólo es el 48%, pero sí, gana.

Ante las confusiones, el constante bombardeo mediático que los masistas son esto, son lo otro, que el Gobierno persigue a TODOS los que vivimos en este lado de Bolivia y todas esas mentiras implícitas, explicitas y mixtas, el ciudadano da su voto (castigo) en contra de todo lo que sea o se asocie con el MAS.

Jerjes dice tener una prueba de fraude y a Costas lo citaron para que se presente ante un fiscal que investiga el caso terrorismo, muestras que hacen ver que la gente no cambia ni aunque tenga las pruebas de progreso en sus ojos.

Se publicó una pequeña entrevista de Jerjes a El Deber, matutino conservador de la prensa cruceña y esto fue lo que dijo: "Hay una duda; según nuestro centro de cómputo Rubén Costas no ha llegado más que al 48% y nosotros (el MAS) estamos en el 38 ó 39%; entonces lo que se plantearía es la segunda vuelta electoral y lo que ha ocurrido hoy, a las ocho de la noche, es que los compañeros se han almorzado la cena". Esperemos que el pueblo no se haya suicidado.